Comunicar a través de la cámara no es lo mismo que hacerlo presencialmente. ¿Cómo modifica la pantalla nuestra manera de comunicarnos?
Hasta hace relativamente poco (aunque a veces parezca toda una eternidad) nos comunicábamos presencialmente. Y eso nos permitía, por ejemplo, tener libertad de movimiento, recibir un feedback visual en tiempo real por parte de la audiencia… de tal forma que podíamos calibrar si nuestro mensaje estaba llegando o no, y en tal caso, podíamos reconducir la situación… ¿te acuerdas?
¡Todo eso ha cambiado! Aunque por supuesto, todavía tenemos encuentros presenciales, la realidad es que la mayor parte de las comunicaciones las llevamos a cabo a través de la cámara, de la pantalla. ¡Ah amigo! Y esto definitivamente cambia las reglas del juego.
Comunicar a través de la cámara
Nuevos ingredientes aparecen en la receta de la comunicación:
- Donde antes podíamos movernos con cierta libertad, ahora nos hemos convertido en seres sentados, con una mesa de por medio, con piernas inexistentes… y que por tanto, debemos permanecer en el mismo sitio. Y esto, puede restar notas de dinamismo a nuestra comunicación. Hecho sin duda que debemos compensar de alguna manera, ¿no crees?
- Donde antes teníamos a la gente frente a nosotros, ahora, en el mejor de los casos, los vemos a través de la pantalla, pero en otras muchas ocasiones no vemos a quienes están conectados. O bien, porque la gente no se activa la cámara (sobre todo con audiencias mayores) o bien, porque el formato elegido para comunicarme es la grabación de un vídeo. Y claro… mucha gente me dice «Es que el no saber lo que están pensando los demás, me pone nervioso. ¡Me pierdo porque no sé si está llegando o no el mensaje!».
- Por no hablar de que, retomando lo anterior, hemos pasado de mirar a los ojos a las personas, para mirar a un objetivo (sí, ese agujerito, esa lucecita). «¿Y así cómo voy a comunicar?»… me dicen muchas personas.
- ¿Y qué me decís de la atención? Quienes están al otro lado, están expuestos a muchos más estímulos. Estímulos con los que debemos competir para captar su interés y ganas de escucharnos.
Así que sí, definitivamente las reglas del juego han cambiado. Y nuestra responsabilidad, si verdaderamente queremos conectar con el otro, es incorporar todos estos elementos a nuestra manera de comunicarnos. O lo que es lo mismo, comunicar de forma que estos aspectos no sean un problema. Hacerlo de manera que quienes están viéndote, tengan la sensación de que literalmente estás ahí con ellos.
Feliz día,
Marina
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