¿Cómo el funcionamiento de nuestra mente afecta a nuestras exposiciones en público? El concepto de «Economía Cognitiva»

Lo que nos gusta economizar ¿verdad? ¡Pues el cerebro no iba a ser menos! Le gusta llevar la razón y es un pelín vago. Me explico.

Se conoce como economía cognitiva al funcionamiento de nuestra mente que nos hace interpretar y captar, por encima de todo, las señales que dan fuerza a nuestros pensamientos y creencias. Aquellas otras que nos podrían desmontar nuestros esquemas, las pasamos por alto o acabamos dándole una vuelta de tuerca para que vayan en nuestra línea de pensamiento.

Al cerebro le supone menos esfuerzo confirmar sus pensamientos que desmontarlos

Es importante tener esto en cuenta para que veamos que nuestra cabecita loca no siempre la tenemos programada para ayudarnos.

Cuando se trata de hablar en público o frente a la cámara, la economía cognitiva juega en tres direcciones:

  • De la audiencia hacia mí.
  • De mí hacia la audiencia.
  • De mí hacia mí.

¿De qué manera afecta en términos prácticos la economía cognitiva en este contexto de la comunicación?

Te invito a que accedas al vídeo en el que desarrollo esta idea tan importante. Si te resulta interesante, no dudes en suscribirte a mi Canal de Youtube.

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MI PODCAST RELACIONADO (CADENA SER):

PODCAST «Economía cognitiva al comunicarnos con los demás»

El funcionamiento de nuestra mente nos ofrece una imagen sesgada de la realidad y esto es un peligro

Como has visto en el vídeo, si tengo instaurada en mi cabecita la idea de que no valgo para hablar en público, ¿dónde se va a poner el foco de mi mente? Únicamente en aquellas señales que confirmen su teoría. E incluso tendrá la osadía de transformar un input positivo en otro que vaya en su línea de pensamiento.

Por este motivo es tan importante conocer el funcionamiento del cerebro y saber dónde está la trampa:

  1. Ser consciente de esto me hace darme cuenta de que hay una parte de la realidad que no estoy viendo y que, por tanto, quizá mi pensamiento no deba estar tan afianzado.
  2. El punto anterior me lleva a la conclusión de que, a poco que cambie mi línea de pensamiento, cambiará mi mirada y la información con la que decido nutrirme.

Relacionado con el punto anterior, es muy importante que no caigamos en el extremo opuesto y lleguemos a adoptar un pensamiento de máxima arrogancia como «Soy la mejor persona en la faz de la Tierra haciendo exposiciones». ¡Cuidado! Tan negativo es un pensamiento como el otro, básicamente porque ambos nos llevan a una mirada demasiado sesgada de la realidad y por tanto… son mentira.

Irme «a un mundo de unicornios» y verme a mí mismo como el rey del escenario, conlleva los siguientes peligros:

  1. No voy a crecer, aprender ni evolucionar, porque no voy a ser capaz de identificar aquellas posibles áreas de mejora que todos tenemos.
  2. No voy a ser capaz de leer las señales de mi audiencia y por tanto, rectificar, porque en mi mente no voy a albergar la posibilidad de que quizá no esté conectando con mi público.
  3. Esa desconexión de mi audiencia va a hacer que hable para mí y que transmita unos niveles de arrogancia que ni en mi casa querrán aguantar.

Conclusión:

Como todo en la vida, el punto medio es un buen lugar en el que estar. Nutrámonos de pensamientos que nos impulsen y al mismo tiempo, seamos conscientes de que la comunicación nunca se termina de aprender, siempre hay aspectos que mejorar. Tengamos la confianza y seguridad en nosotros mismos y al mismo tiempo la humildad necesaria, para seguir viendo cada exposición en público, como una oportunidad para seguir aprendiendo y creciendo.

Feliz día,

Marina

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