¿Cómo enfrentarse al público cuando estás pasando una mala época? Buenas dosis de inteligencia emocional
La vida es un continuo subir y bajar. Un baile entre épocas buenas, muy buenas y menos buenas. La filosofía de “Sé optimista hasta las últimas consecuencias”, bajo mi punto de vista, es una auténtica tomadura de pelo. ¿Por qué? Hablemos claro. Hay épocas maravillosas y épocas de mierda. Negar esto es negar parte de la vida. Claro, si tienes que hacer una exposición en una época en la que te sientes feliz, parece que esto te predispone a hacer una mejor gestión de la situación ¿verdad?
Pero… ¿qué pasa si tenemos que hablar en público en un momento en el que no estamos bien emocionalmente? Lo primero que tenemos que entender es que, sobre todo para las personas que estamos muy acostumbradas a realizar exposiciones, es cuestión de tiempo (pura probabilidad) que coincida que estemos regular/mal con que tengamos que realizar una exposición.
¿Cómo gestionar por tanto estas situaciones? ¿Cómo hacer cuando a nivel emocional estoy pasando por un mal momento y tengo que enfrentarme a una audiencia?
Es fundamental aprender a gestionar las emociones cuando tenemos que hablar en público
Te invito a que accedas al vídeo en el que desarrollo esta idea tan importante. Si te resulta interesante, no dudes en suscribirte a mi Canal de Youtube.
Como has visto en el vídeo, hemos de diferenciar dos momentos clave:
- La preparación
- El propio momento de la exposición
La preparación de una exposición cuando estoy pasando un mal momento
Honestamente, tener que preparar una intervención en público cuando estás atravesando un mal momento, no es el estado ideal. Pero, como comentaba al principio del post, es cuestión de tiempo que esto nos acabe ocurriendo. Piensa por ejemplo en las personas que vemos en los medios de comunicación que cada día se enfrentan a una audiencia, a un micro. ¡La de veces que han debido de estar atravesando infiernos mientras comunicaban!
Así que, la inteligencia emocional es absolutamente clave.
Tal y como indicaba en el vídeo, hay distintas herramientas/técnicas, como las teatrales, que podemos llevar a cabo. Pero en este caso, me gustaría sugerirte que trates de embellecer el proceso de la preparación. Escápate, vete a la naturaleza, a un parque,… lleva contigo un cuaderno y un boli y ve dando forma al discurso. La naturaleza tiene el poder de, no solo «abrirnos los pulmones», sino abrir también nuestra mente y nuestra inspiración (por no hablar de cómo aprendemos a relativizar lo que nos ocurre cuando nos sumergimos en entornos naturales).
Si la naturaleza no es una opción, vete a una cafetería bonita, pide una bebida que te guste, siéntate en un banco en un lugar agradable… Como ves, la idea es que abras ventanas y espacios en esos días previos a la exposición, que no te resulten hostiles, que sean gustosos, apetecibles, reconfortantes y estimulantes. Que te abran la mente.
Ponte música que genere en ti un cambio emocional. Que actúe como una recarga de pilas. Que te aporte dosis de energía.
El momento de la exposición cuando estoy pasando un mal momento
Y bueno… si llegado el momento de hablar en público, estás en un estado delicado emocionalmente, lo primero que te diría es que no te exijas demasiado. Piensa que, estando así, ya es un triunfo y un motivo para sentirte orgulloso el hecho de ponerte frente a una audiencia. No busques encima el resultado perfecto, no te cargues con más peso sobre tus hombros. Hazlo lo mejor que puedas, pero sin fustigarte y sin llevarte a un nivel de máxima exigencia. Además, si lo enfrentas de esta manera, tal y como te indico, es muy probable que el resultado sea infinitamente mejor 🙂
Al igual que en el proceso de preparación, son varias las herramientas que podemos llevar a cabo para gestionar emocionalmente esta situación. En este caso, te sugiero que visualices cómo en el momento de cerrar la puerta de la sala (o del espacio de tu casa si es que es a través de la pantalla), dejas literalmente el peso que llevas, la carga emocional, los problemas… fuera.
Yo tengo dos perros, a los que amo con locura, pero a los que temo cuando tengo que realizar una exposición desde casa. ¿Por qué? Porque como vean un gato a través de una puerta de cristal que tengo, se ponen a ladrar durante un largo rato. ¿Qué hago? Llevarlos siempre a la cocina y decirles «Chicos, necesito que os quedéis aquí el tiempo que dure la charla/formación/reunión…». Esto mismo es lo que deberíamos hacer con los problemas. Así que podemos hacer el ejercicio visual de decirles «Queridos, aquí os quedáis, que ahora tengo algo importante que hacer».
¿Es fácil? No. Pero es cuestión de práctica, como todo en la vida.
Conclusión:
Trata de ver esa intervención como una ventana por la que respirar y abstraerte, aunque sea por un rato, de lo que estás viviendo. Ah, y recuerda… que todo pasará.
Feliz día,
Marina
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